El desarrollo del biometano producido por metanizacion está despegando en Francia siguiendo lo que ya ha sucedido en otros países de la UE como Italia o Alemania.
Este gas renovable producido a partir de residuos agrícolas, lodos de depuración de aguas y restos de comida, se percibe como el nuevo oro verde del mundo rural.
La Estrategia Nacional Baja en Carbono de Francia da a este sector un papel importante al aumentar su producción a más de 200 TWh en 2050.
Inyección de biometano en la red de gas
En el año 2011 tan solo había un punto de inyección de biometano en la red de gas frente a los 76 puntos de inyección de 2018 con una capacidad anual de 1.218 GWh. En los últimos años, el número de plantas de inyección y el volumen de biometano inyectado se han incrementado a un ritmo del 60% anual.
Desde el año 2011, el Estado ha establecido un precio de compra específico para el gas inyectado en la red, así como garantías de origen asociadas. Ambos mecanismos están operativos desde el inicio del proyecto.
La mayoría de las instalaciones son pequeñas, con caudales aproximados de 100-150 m3 / h, lo que implica un elevado coste de producción comparado con el precio mayorista del gas natural lo que evidencia la absoluta necesidad de este incentivo para hacer emerger al sector.
La Programación Energética Plurianual (PPE) prevé que el biometano producido en 2030 sea el equivalente al 7% de todo el gas consumido.
Emisiones evitadas
El biometano inyectado permite emitir un 90% menos CO2eq que el gas natural fósil considerando toda su cadena de valor.
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