Recientemente, la Comisión Europea ha publicado el Plan del Clima 2030 con el que se ha aumentado el objetivo general de reducción de emisiones de GEI para 2030 del -40% al -55% (frente al nivel de 1990). Esta aceleración también se verá reflejada en la revisión de la norma de emisiones de CO2 de turismos y furgonetas.
Actualmente este reglamento solo considera la reducción de emisiones con una medición realizada desde el tubo de escape, ignorando las emisiones producidas en la producción de las distintas energías. Hoy en día, un vehículo considerado «cero» emisiones como el eléctrico de batería alimentado con el mix de electricidad de la UE emplea un 50% de energía fósil. Sin embargo, un vehículo alimentado con bioCNG se considera completamente fósil, a pesar de proporcionar en algunos casos incluso un balance de emisiones de GEI negativo.
A la luz de esto, en Gasnam hemos realizado las siguientes consideraciones a la Revisión de la Normativa Europea de Emisiones de CO2 para turismos y furgonetas:
- Existe el riesgo de no incluir la dimensión del combustible en el cálculo promedio de CO2 de las flotas de fabricantes: mantener un enfoque de silos entre los combustibles y la legislación de movilidad no estimula ni estimulará a la industria del vehículo a invertir más en soluciones rentables y disponibles como el GNC / GNL que, gracias al biometano, puede contribuir notablemente a la descarbonización de la movilidad.
- Necesidades de revisión del reglamento estándar de emisiones de CO2: se necesita una herramienta legislativa para reconocer el beneficio climático vinculado a los combustibles biológicos y sintéticos.
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