Burckhardt Compression es una compañía internacional con origen suizo especializada en la fabricación de compresores. Su historia se remonta a 1844, cuando Franz Burckhardt abrió un taller mecánico en el que hacía herramientas para la industria textil. No sería hasta 1883 cuando la empresa vendería el primer compresor con una presión de 6 bar, muy lejos de los compresores de hasta 3.500 bar que fabrican en la actualidad. En 1969 Burckhardt Compression entró a formar parte del grupo Sulzer, del que se separó en 2002 dando lugar a la compañía cotizada en la bolsa de Zurich, que opera en la actualidad como líder en el mercado de los compresores alternativos. Nuestros dos últimos hitos han sido las adquisiciones de la empresa de servicios Arkos Field Services en EEUU y de Shenyang Yuanda Compressors fabricante líder de compresores en China. Con estos dos compras, el grupo ha pasado a tener casi 2500 empleados en el mundo.
Javier Cuevas, director general de Burckhardt Compression en España, nos cuenta cuál ha sido la trayectoria de la compañía que este año celebra su 175 aniversario.
Javier, te has incorporado recientemente como director general en España a Burckhardt Compression, ¿cuáles son tus principales objetivos?
Burckhardt Compression estaba buscando alguien que estuviera en disposición de liderar la nueva etapa de desarrollo en la península. El grupo tenía un ambicioso plan estratégico para los años 2016 a 2022, y retos que afrontar también en España.
Lo primero que hicimos fue hacernos responsables del mercado de nuestros vecinos portugueses (anteriormente solo llevábamos la responsabilidad comercial), y reforzar el equipo con adquisiciones en posiciones clave. Con esos buenos cimientos, nuestra ambición es implantar la estrategia del grupo mejorando el servicio que ofrecemos a los clientes. Y los resultados de estos últimos años parecen indicarnos que vamos por buen camino.
¿Cuál ha sido tu trayectoria profesional anterior a la incorporación a Burckhardt Compression?
Mis primeros años de experiencia profesional estuvieron centrados en la investigación y la docencia en el campo de las estructuras metálicas, que completé con 5 años de trabajo como director de proyecto en Gran Bretaña dirigiendo la instalación de 25 puentes de ferrocarril y autopista.
Ya de vuelta en España, en el año 1997 me incorporé a una empresa austríaca del sector de los compresores como director técnico. Posteriormente, asumí la responsabilidad como director general para la península, que abandoné en el año 2010 para participar en un proyecto de internacionalización de un grupo empresarial español en el sector de oil&gas.
Con ese bagaje de experiencias internacionales, llegue a Burckhardt Compression con la que tenía lazos profesionales e incluso familiares desde hacía muchos años. Además, lo hice en un momento en el que el grupo afianzaba su clara estrategia de crecimiento con nuevas adquisiciones, y con inversiones en Corea y otros lugares del mundo. Profesionalmente era un reto muy atractivo.
Burckhardt Compression cumple 175 años ¿cuáles son los hitos que destacarías de esta larga trayectoria?
Desde su creación en 1844 sin duda cabe destacar muchos momentos importantes. Por ejemplo, en 1883 vendimos el primer compresor. Anteriormente la compañía no se dedicaba al negocio de los compresores. En 1935 vendimos el primer compresor laberíntico y en 1948 Estados Unidos nos pidió que fabricáramos un compresor de 4.000 bar de presión para una planta piloto. Otro hito a destacar es la incorporación de Burckhardt al grupo Sulzer en 1969, del que nos separaríamos en el año 2002.
Además, la compañía ha batido dos records mundiales, el primero en 1999 con la construcción del compresor con mayor potencia del mundo, de 23’500 kW. El segundo en 2007, aumentando la potencia del compresor a 27’500 kW.
¿Cuál es el alcance del negocio de compresores de Burckhardt en España? ¿En qué otros países tiene presencia la compañía?
Dentro del sector del transporte y almacenamiento de gas tenemos referencia en casi todas las empresas y hemos construido los compresores de prácticamente todas las plantas de regasificación de los puertos de la península ibérica. En concreto, los del puerto de Ferrol, Barcelona, Sines y Gijón. En este sector, nuestros compresores verticales laberínticos han sido fundamentales para la recuperación del gas de boil-off.
Otros sectores en los que está muy presente nuestra marca son los buques metaneros de varias empresas españolas, en el sector petroquímico y del refino de petróleo.
A nivel internacional, Burckhardt Compression tiene plantas de producción en Suiza, donde se encuentra nuestra casa matriz, también en India, Estados Unidos, Corea y China, aunque operamos en más de 80 países.
Tengo entendido que el 75% de los compresores fabricados desde 1883 funcionan todavía. Esto es un indicativo de una calidad máxima, ¿cómo se consigue?
Bueno, para una empresa cuyo lema es «Compressors for a lifetime» (compresores para toda la vida) es algo habitual. Si yo tuviera que explicar este dato tan sorprendente, diría que hay dos razones, cada una de ellas presentes en nuestra misión:
- Ofrecemos las soluciones más adecuadas a nuestros clientes: es nuestra pasión de mecánicos de origen suizo.
- Nuestro foco está en el servicio al cliente, y en asegurarnos que tenga la solución más conveniente para alcanzar la mejor eficiencia y fiabilidad posibles.
Y por encima de todo seguir siendo la opción preferida para nuestros clientes en todo el ciclo de vida de sus compresores alternativos. Por mucho que el ciclo de vida sean muchas décadas o siglos.
¿Qué es lo que diferencia a la compañía de sus competidores?
Somos la única compañía en el mundo que fabrica todo el rango de compresores de pistón. Esta gama de productos tan completa, junto a la gran pasión que ponen nuestros empleados en otorgar un servicio excelente y en fabricar máquinas bien diseñadas, adaptadas a las necesidades específicas de cada cliente es lo que, sin duda, nos diferencia.
Burckhardt Compression también fabrica compresores de hidrógeno. ¿Qué perspectiva tenéis en este campo?
Burckhardt Compression tampoco es un nueva en este campo. Nuestros compresores dan servicio a los diferentes segmentos de la industria, desde el transporte, al almacenaje o a la transformación desde hace muchos años. El hidrógeno es un gas que por sus características, como la baja densidad o sus propiedades térmicas, no es fácil de manejar. Se necesita experiencia en su compresión y también en este campo somos un referente para los clientes.
En cuanto a las posibilidades del hidrógeno en el nuevo panorama energético, seguimos con interés los desarrollos en la industria del transporte, pero creemos que el papel del hidrógeno será más como una vía de acumular y transportar energía, que como un combustible. En cualquier caso, el tiempo dirá cuál será su papel, y cuáles serán las oportunidades que nuestra empresa podrá aprovechar en un mercado potencialmente tan grande.
¿Nos puedes contar alguno de los proyectos de los que te sientas más orgulloso?
Hay tres áreas que hemos potenciado desde mi llegada y que están dando sus frutos: la petroquímica, el transporte de gas (LNG fundamentalmente) y la ampliación de nuestras instalaciones.
En las plantas de PEBD (polietileno de baja densidad) nuestros compresores son críticos, y gracias a liderazgo en la tecnología de hyper compresores, estamos ampliando nuestro rango de suministros y servicios a los clientes. En las dos últimas paradas, hemos batido nuestros records de facturación, y hemos ofrecido servicios que nunca antes se habían demandado por el deterioro de las máquinas que llevan en torno a 50 años de operación ininterrumpida. Además, también estamos viendo que las empresas están abordando inversiones para aumentar eficiencias y capacidades, lo que ofrece oportunidades de crecimiento.
En el sector del transporte de gas, y en concreto en las plantas de almacenamiento y de regasificación, hemos conseguido importantes contratos de mantenimiento y de instalación y montaje en obra, que incluyen suministros de equipos de mantenimiento predictivo de última generación. Gracias a estos servicios las plantas se están adaptando a las nuevas condiciones de trabajo y a los cambios regulatorios, y se están operando de manera más fiable y segura.
Por último, hemos inaugurado nuevas instalaciones, un 50% mayores y con maquinaria nueva que nos ha permitido extender la gama de servicios que ofrecemos, tanto en nuestros talleres como en las plantas de los clientes (incluso en el sector marítimo de transporte de gases: muchos también socios de GASNAM).